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Reconciliación

Las personas a menudo se sienten muy intimidadas por confesar sus pecados a otra persona, especialmente a un sacerdote. Sin embargo, ese es exactamente el punto: Jesús, a través del sacerdote, está personalmente presente en el sacramento. El mismo Jesús que perdonó los pecados en Palestina hace 2.000 años es el mismo Jesús que espera hablar contigo en el confesionario. Todo lo que encontraréis en el confesionario, pues, es el amor radical y el perdón de un Padre que os quiere reconciliar con Dios y con el prójimo.

En la reconciliación, te presentas ante un sacerdote para expresar arrepentimiento por tus pecados y decides resistirlos en el futuro. Después de nombrar tus pecados, el sacerdote dirá: “Te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

 

Todavía debes enmendar esos pecados completando la penitencia que te dio el sacerdote. Sin embargo, podéis marcharos con confianza, sabiendo que Jesús, actuando a través de su sacerdote, os ha abrazado definitiva y absolutamente con su misericordia y amor redentor. Tus pecados son verdaderamente perdonados.

Image by Luke Chesser
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.

Hebreos 4:16

Para tiempos de misa y confesión

Primera Reconciliación para Niños

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